Y por qué no?

¿Por qué no montar con amigos o conocidos, con recién conocidos y hasta con “enemigos”? ¿O por qué no montar también solo?

En el pasado y en el presente se ha evidenciado cómo los skaters montan y disfrutan, obviamente, de montar, pero a muchos se les dificulta el hecho de montar solos. En los momentos de la vida donde las circunstancias y la vida misma los dejan solos con sus patinetas, ahí, ¿por qué aguantarse las ganas de rodar, de saltar, de truquear, de hacer skateboarding? ¿No se supone que esto es libertad? ¿Entonces por qué estamos dependiendo de otros para patinar? No estoy emitiendo un juicio dictatorial sobre que tengamos que montar solos, o de que alguien sea mejor por montar solo o acompañado. Solo estoy dejando una pequeña reflexión, que si de algo se trata el skateboarding es de poder ser, ser con libertad, de no reprimir lo que sentimos y nuestro cuerpo quiere expresar a través de la patineta. Por lo tanto, esto solo es un pequeño recordatorio de que estas vos y tu patineta, y lo más importante, tus ganas de montar. Si es acompañado, maravilloso, compartís, aprendés, te reís, y tus amigos hasta te inspiran y te animan a hacer trucos que tal vez solo no hubieras logrado, pero solo también esta la oportunidad de entonarte, de inspirarte, de soyártela, de disfrutar, porque estas libre y sos skater. Eso es lo que te diferencia de muchas otras rutinas, disciplinas, deportes o estilos de vida, o como los quieras llamar, es que eres libre y el skateboarding es libertad, de lo contrario estaríamos “entrenando” y no montando. Montá, montá y montá como te dé la gana y cuando te plazca, de eso se trata el skateboarding.

Michael Chávez Camacho